Históricamente la orientación para estudiar ha existido desde siempre. Los griegos ya la poseían, y las personas que dejaron huella en la Historia en gran medida se aprovecharon de ella. En la actualidad la orientación es parte reconocida de nuestro sistema educativo a la que, sin embargo, no se le da la importancia que merece.

La orientación en el ámbito escolar

Los orientadores escolares españoles viven saturados. Con ratios de 750 alumnos por orientador, realizan gran variedad de funciones, trabajando el acoso escolar, la diversidad, los planes de acción tutorial… Junto con estas y otras funciones, además de los acontecimientos del día a día, deben planificar la orientación académica de todo el alumnado. Dada la situación, se hace inviable plantear planes de orientación centrados en el individuo. Esto es más grave si cabe, ya que lo que nuestros jóvenes necesitan es una orientación lo más individualizada posible.

La orientación en el ámbito escolarAnte el exceso de trabajo, la orientación en el estudio en nuestro país se ha centrado básicamente en test que valoran las capacidades del alumnado. Dichas evaluaciones, si bien son indicadoras de las habilidades y capacidades de los alumnos, deben ser tomadas con reservas. Los niveles de concentración y motivación que requieren por parte de los jóvenes alumnos no están asegurados y, de hecho, no siempre se dan.

Orientar no es una tarea fácil

Una buena orientación parte del análisis de datos concretos (test, entrevistas, redacciones, calificaciones, etc). Sin embargo, antes de aportar nada al alumno se esfuerza por globalizar los datos, partiendo de una visión completa del alumno. Esto le garantiza objetividad y fiabilidad, al tiempo que permite una orientación adecuada a los tiempos del alumno y personalizada en su forma.

Fijémonos en el diseño de la orientación en el sistema educativo noruego: la figura del orientador es triple. Un orientador académico refuerza los procesos de estudio y evaluación en el sistema educativo. Un orientador profesional favorece en el alumnado el discernimiento sobre su futuro. Un consejero para temas personales acompaña, en lo no académico, las múltiples dudas y los posibles problemas de esta revolucionaria etapa que es la adolescencia.

No podemos imponer la orientación para estudiar a la realización de test y la exposición, cual zoológico, de universidades vendiendo las bondades de sus carreras. Por supuesto no podemos renunciar a enseñar a nuestros alumnos las numerosas opciones que tienen. Sin embargo, una buena labor de orientación se centra más en darles herramientas para que aprendan a valorar y seleccionar aquello que más les convenga.

Mientras aspiramos a que los orientadores tengan una ratio de 250 alumnos recomendados por la Unión Europea no podemos quedarnos de brazos cruzados. Los orientadores debemos rodearnos de equipos que, en la medida de lo posible, favorezcan procesos de maduración vocacional adecuados y adaptados a nuestro alumnado.

Dejarse orientar

Dejarse orientarDesde el punto de vista del alumno la situación tampoco parece fácil. Viven rodeados de presiones familiares, académicas, sociales, del grupo de iguales… que les dejan en ocasiones poco margen de libertad. Los padres les dicen: estudiar es el futuro, sin estudio no tendrás un buen trabajo. Los profesores les repiten insaciablemente: estudiad y podréis elegir; sin estudios no hay opciones. La sociedad hace de unas profesiones la moda y de otras un salto a lo desconocido. Los amigos… los amigos sólo quieren una cosa, no separarse. La sola idea de no estar en la misma clase, colegio, instituto, facultad… a muchos los aterra.

Es por esto que la orientación para estudiar es imprescindible. Dejar que nuestro futuro, el futuro del país, tome decisiones basadas sólo en la presión que le rodea, es una gran irresponsabilidad que no podemos permitir. Nos jugamos demasiado como país para dejarlo en manos del azar. Tampoco parece una buena opción analizándolo individualmente, persona por persona. Personas que, al cabo de unos años, se darán cuenta de que sus elecciones (estudios, trabajo, aficiones, amistades…) no eran lo que pensaban. Son personas fallidas que desean empezar nuevas vidas. Esta situación no es sana para nadie y, en conjunto, puede convertirnos en un país enfermo y desmotivado, sin un rumbo claro.

Es por esto que la orientación, ya sea académica, laboral o vocacional, es importante. Porque una decisión errónea es sólo eso; pero un conjunto de decisiones erróneas pueden llevar a una vida errónea, a un país erróneo. Y eso, debemos evitarlo.

De la escuela al mundo

En la actualidad los sistemas de análisis de personas se están desarrollando rápidamente y con ellos la orientación para estudiar. El Cociente Intelectual ha sido, sin lugar a dudas, superado. La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner nos ha enseñado que las personas no son listas o tontas. Todos tenemos habilidades, capacidades, en las que destacamos y otras que no nos hacen destacar. Hay personas que destacan especialmente en uno o varios campos. Las llamamos personas con altas capacidades. Si además coincide con un interés en esos campos, se puede predecir un éxito de la persona si desarrolla esa línea. Si, por el contrario, los intereses no siguen la misma línea de las capacidades, el resultado no es tan claro.

De la escuela al mundoLas personas con capacidades normales o con necesidades educativas especiales también pueden partir del mismo patrón. Si lo que se les da bien es lo que les interesa, las probabilidades de éxito serán mucho mayores. Esto no quiere decir que no puedan tener éxito si les interesan cosas que no se les dan tan bien. De hecho, si os habéis fijado, ya no usamos términos negativos; algo no se da mal, no se da tan bien.

El mañana es tuyo.

En el día de mañana, cuando esas los adolescentes crezcan; maduren y lleguen al mal llamado mercado laboral, todo estará decidido. Ojalá hayamos hecho bien nuestro trabajo. Entonces, cada chico o chica se habrá convertido en una persona adulta, además en un gran profesional; que sabrá explotar aquello en lo que destaca. Habrán elegido un camino adecuado a sus capacidades, que los habrá llevado a ser personas de éxito; además, disfrutan de la vida. De nada sirve tener éxito si vives aprisionado en él.

La orientación para estudiar es un hecho necesario. No podemos obviarla, no podemos prescindir de ella, no podemos eludirla. La orientación es, y será, un hecho necesario que nos acompaña y nos acompañará siempre.

No lo dudes y contacta con nosotros, te podemos ayudar.

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